Estoy totalmente a favor de que los ex altos cargos cobren ese dichoso plus al volver al funcionariado. Hay que ser comprensivos, tienen que abandonar la política, tocaron el cielo con la mano, tuvieron poder sobre nuestras vidas, pudieron decidir sus salarios y vuelven a la vida gris de funcionario como cualquier mortal. Lo que les puede librar de la depresión es la alegría de cobrar unos mil doscientos euros más que los demás por el mismo trabajo, eso ya los individualiza. Además son muy pocos y, o son gafes, o los pobres no se han sabido mover, porque si no, cómo se explica que la mayoría de los políticos, las viejas glorias, los incombustibles, acaben trabajando en Europa, de comisarios o parlamentarios, o en otros cargos en organismos de la ONU.
Publicado en La Voz de Galicia, 15 de diciembre de 2009
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