Me encanta mi pueblo, los que no me gustan tanto son los que gobiernan ni los aspirantes.
Hace varios años, cuando encalló un barco en las costas gallegas, creo recordar que le llamaban el Casón, comenzaron a producirse una serie de explosiones, que los expertos dieron en llamar deflagraciones, y la gente simplemente "estoupidos", lo cierto es que no se sabía si lo que se liberaba eran productos tóxicos, la población comenzó a ponerse muy nerviosa, entonces, el alcalde de un pueblo cercano, tuvo la feliz idea de salir en un coche con un megáfono diciendo :"no pasa nada, no pasa nada". Inmediatamente la población se desplazó como pudo a Santiago.
Sin retroceder tanto, este invierno que animaron tanto a vacunar a la población por el peligro de la gripe A, tengo entendido que fue de los años que menos se vacunó la población. Y es que gobernantes y gobernados nos conocemos. Llevamos demasiado tiempo juntos. Por eso cuando el Presidente de gobierno (no nos defraudes) afirmó que no se tocarían ni las pensiones, ni el sueldo de los funcionarios, ya sabíamos que algo se nos iba a amputar, solo faltaba la cantidad , y pienso que esta es la primera dentellada, ya que somos la presa más fácil.
Los causantes de la crisis que por otra parte se han forrado, como tienen mucho poder son intocables. Ahora solo queda subir un poquito las tarifas eléctricas, más ayuditas a los bancos y ya salimos de la crisis. Además los poderosos no están acostumbrados a restringir gastos y los pensionistas y funcionarios ya tienen hábito. Me pregunto si tuvo que ver en todo esto, las plegarias del presidente de la patronal ante el Apostol y es que siempre juegan con ventaja.
Publicado en La Voz de Galicia, 17 de mayo de 2010
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