lunes, 28 de junio de 2010
Burka y otras barbaridades
Si el gobierno quiere prohibir el uso del burka, que lo prohíba, puesto que se considera difícilmente compatible con la dignidad del ser humano, pero que aproveche también para prohibir todas esas manifestaciones religiosas del más puro estilo gore. Me refiero a penitentes descalzos con capirotes, que portan cruces y llevan la cabeza tapada, en este caso no parece que sea vejatorio. Si fuese un hecho musulmán se consideraría primitivo, pero como es cristiano se le dice ancestral, lo que es un eufemismo. Que prohíban los disciplinantes o “picaos”, que también van descalzos y dándose latigazos, unos cuarenta y cuando se les hacen hematomas, se los abren con cristales. Que prohíban a los empalados, llevan el cuerpo cubierto de maromas de esparto, que les hacen sangre y una cruz y por supuesto la cara tapada, todas esta manifestaciones, en público y ante niños. Lo que me pasma es que de vez en cuando, algunos ponen el grito en el cielo, porque en no se donde, tiran una cabra del campanario, pero de estas nimiedades nada. Alegarán que es la tradición, el burka forma parte de la tradición de una minoría, pero tradición al fin y al cabo, qué pasa, ¿qué solo admitimos nuestras barbaridades? baste decir que todas estas manifestaciones las prohibió el rey Carlos III, claro que él era un ilustrado y vivió en el Siglo de las Luces y nosotros vivimos en el siglo de la psicodelia.
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