Del ”esto lo arreglamos entre todos” pasamos a “esto lo arreglan los pensionistas y funcionarios”.
Se veía venir, sobre todo viendo de donde partió la iniciativa, sabiendo que empresas estaban detrás y llamándose quien lo promovió Fundación Confianza. Si bien la congelación de las pensiones es impopular, ( ya de por sí, exiguas y teniendo en cuenta además que todo el mundo espera llegar un día a jubilarse), el recorte a funcionarios, es visto con otros ojos: el profesor que le da clase a su hijo, el médico que le operó de apendicitis, el policía al que se acudió a efectuar una denuncia, esos no merecen el dinero que ganan, no me van a comparar con los ejecutivos de las empresas privadas, esas sí que funcionan bien, nunca cobran indebidamente, simplemente se llama y sale una máquina, lo que facilita mucho las gestiones, siempre explican los contratos que se firman, dan de baja a uno cuando lo solicita, ¡una delicia vaya¡.
Los que se alegraron cuando le rebajaron los salarios a los controladores, no sabían de que iba la cosa , todo obedece a un plan preestablecido, no era para abaratar las tarifas aéreas, como decía José Blanco, era para que entre capital privado en AENA. Si ahora rebajan los salarios a los funcionarios, es por lo mismo, se trata de privatizarlo todo, transporte de mercancías por tren, puertos etc. el AVE de momento no, que no es rentable. Afirma Michelena presidente del foro PPP (public private partnership) que agrupa a 20 constructoras, los bancos más importantes etc. vamos, esas compañías que todos conocemos que no son precisamente ONGS: ”El gran impulso se produjo con José Blanco, Magdalena Álvarez era más reacia”.
Nadie se pregunta por qué no le bajan el salario al ejército, porque de momento no se contempla privatizarlo. Se trata de abaratarlo todo para que los que tienen la mitad de país, puedan comprar la otra mitad a buen precio, (Véase Haití y Argentina y las recomendaciones de FMI). Pero ahí va un aviso a navegantes, a los que no sean Mercado: los funcionarios, ya que no nos benefician los tiempos de bonanza económica, en tiempo de crisis, seguimos moviendo el dinero, no tenemos mucho, pero la seguridad laboral, nos permite gastarlo, y con esta rebaja, (que yo sepa, no se contemplaba en el programa electoral, así que, por favor, ahórrense campañas), que no se alegre el del bar, que no volveremos pedir croissant, ni el del restaurante de la esquina ya que no saldremos fuera, ni iremos al cine. Lo más triste de todo es cuando uno se alegra por algo que supone su perdición. En cambio nos veremos obligados a seguir llamando por teléfono, cobrando la nómina, cada día, eso sí, más mermada obligatoriamente por el banco, consumiendo electricidad, yendo a trabajar por autopistas, pagando parkings, repostando gasolina etc. Es decir dejaremos de consumir en pequeños negocios, pero seguiremos dejando el grueso de nuestro salario a esos oligopolios que son la niña de los ojos del gobierno.
En fin, puede que los que se alegren tengan que cerrar su negocio, no hay nada peor que ser un tonto útil. En cuanto al resto de los asalariados, en poco tiempo verán reducido su salario de una u otra manera, porque como dice el presidente de la patronal: hay que tener un sistema laboral moderno, lo que no se sabe es que entiende él por moderno.
En fin que los brotes verdes se llenaron de pulgón.
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