Descubro
en este post, que el monopoly nació con una vocación crítica a la sociedad capitalista. Durante muchos años existió como un juego inocente en el que uno de los jugadores acababa arramplando con todo. La historia ha convertido lo que parecía una inocente y exagerada metáfora en un espejo de la cruda realidad. Yo jugaba al monopoly de pequeña y durante las partidas
una revuelta a oscuras terminaba con la acaparación del afortunado ganador. En el mundo real al final de la partida, al ganador solo lo rodea la miseria.
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