Solo faltaba el himno europeo, esa Oda a la Alegría que nos une, como telón de fondo cuando el ministro holandés de economía Jan Kees de Jager, refiriéndose al pueblo griego, no a los banqueros, manifestó “no los obligaremos a vender la Acrópolis aunque sí todo lo que puedan privatizar”.
Exige a Atenas que lo venda todo, aeropuertos, autopistas, derechos de peaje en carreteras y energía entre otras, ¡viva la Europa solidaria! Será el pueblo el que pierda el patrimonio ya que lo comprarán incluso los mercados griegos. No hay que olvidar una pintada que había en Portugal “Es el banquero el que debe el dinero”.
Esto es el fin de la Europa de los pueblos y de la Europa de los trabajadores, se abre la veda de la Europa de ”los reventas”.
Publicado en La Voz de Galicia, 20 de mayo de 2011 y El Pais 22 de mayo de 2011
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