Cuando comenzó el movimiento feminista en este pais, nadie se atrevía a atacarlo abiertamente, nadie tenía el valor de negar que las mujeres estaban cargadas de razón reclamando sus derechos, salvo ciertos sectores que se descalificaban por sí mismos. Como las reivindicaciones eran impecables apareció una forma ruin de desprestigiar el movimiento, no se atacaban sus aspiraciones, sino a sus integrantes: eran unas insatisfechas, eran feas y otras descalificaciones a veces jocosas, que son el modo más cruel de descalificar.
Cuento todo esto porque encuentro un cierto paralelismo con lo que ocurría con aquél incipiente movimiento y lo que está pasando ahora con el 15M, se afirma que el 70% de la población lo ve con buenos ojos, el movimiento, nadie se atreve a decir que la mayoría de la población, salvo ese mínimo de privilegiados, no tenga motivos para estar indignados. entonces como desprestigiar el movimiento? De nuevo atacando y denigrando a sus integrantes.. He oído de todo incluso a los más sesudos miembros del stablishment: que son unos guarros y manchan los los espacios públicos, que no tienen ideología, que son unos vagos, que están manipulados y lo que es más chusco que dejan de lado las reivindicaciones de las mujeres, no me queda duda que los que están a la cabeza de las descalificaciones de los indignados fuesen los mismos de las risitas hacia el movimiento feminista. Afortunadamente la Historia se va escribiendo a pesar de cierta gente.
Publicado en La Voz de Galicia, 10 de agosto de 2011
Ojalá que ese paralelismo entre el feminismo y el movimiento 15-M sea limitado. Porque el feminismo (o su corriente predominante) ha ido pudriéndose hasta convertirse en un movimiento contrario a la igualdad, dogmático, revanchista, sexista y dañino para los intereses de las mujeres en particular y de la humanidad en general. De hecho, la mayoría de las mujeres ya no se identifican con el feminismo. Esperemos que el 15-M no caiga en esos errores; por el momento creo que va muy bien.
ResponderEliminarQue va, no es un movimiento revanchista, lo que ocurre es que el poder lo fagocitó y la igualdad,en este momento significa esposas conosortes en los consejos de administración, pocas todavía, ministras de guerra, presidentas tan nefastas como presidentes, desde luego la igualdad con la que soñaba no era que una mujer sargento cuchara infringiese malos tratos y vejaciones como en Abu garb. Así como a la política llegan muchos hombres trepa pues con las mujeres en esta enferma y competitiva sociedad pasa lo mismo .Saludos
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