A estas alturas ya están elegidos, si no hay un vuelco electoral, los que serán los futuros padres de la patria. Ya están confeccionadas las listas, decía Guerra que el que se mueve no sale en la foto, yo diría más, cuando se están elaborando las listas (la verdadera elección de parlamentarios, lo de las urnas es un mero trámite) no se debe de ir ni al baño, si no, puede ser que te bajen un par de puestos. Los partidos funcionan como clubs de socios, no olvidemos que antes de la Revolución Francesa fueron los clubs el embrión de los partidos. Si estás en la cresta de la ola tu nombre consta en la papeleta de diputados, si no, te retiran a un segundo plano: el Senado, cobras buen salario y tienes privilegios pero no eres tan visible y si se acabó tu tiempo, pero siempre has apretado el botoncito en el escaño en el sentido deseado te retiran al parlamento europeo, cementerio de elefantes.
Ahora que se piden ideas para ahorrar, sería bueno que en lugar de tanto padre de la patria, que al menos la mayoría se han revelado como padrastros, solo hubiese un diputado por grupo parlamentario, eso si que su representatividad, proporcional a los votos, se tradujese en pulsar tantos botones, como parlamentarios hubiesen correspondido, sadría más barato y razonable, ya que con la disciplina de voto, pierden su razón de ser y, encima algún torpe a veces se equivoca.
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