sábado, 25 de febrero de 2012
La propiedad privada, el totem del neoliberalismo
En la tumba de Adam Smith, reza que la propiedad es sagrada. Y así sigue pensando gran parte de la población, para regocijo de ese 1%, dueño de la mayor parte de la riqueza mundial. Sin saberlo Adam Smith estaba inaugurando una nueva religión, con esa palabreja: sagrada y con la experiencia del cristianismo, se montó una secta mayoriatria en el mundo ya que penetró en los centros de poder, como penetró el cristianismo en el Imperio Romano a partir del Edicto de Milán (a. 313), fecha en que el emperador Constantino lo legalizó.
Veamos sus dogmas de fe, instituciones, órganos de difusión y proganda.
Fue una secta más hasta la caída de Unión Soviética, aunque no nos engañemos tuvo su Santo Tomás en la figura de Reagan, que al fin y al cabo era un actor mediocre, que puso cara al neoliberalismo que creó su escolástica y le dio cuerpo a dogmas tales como que lo privado funciona mejor y que los susbsidios fomentan la vagancia, dogmas equivalentes a la transubstanciación. A partir de la caída del Muro de Berlín, se configuró como religión única y "verdadera" a la que se convirtieron incluso los de la secta de la socialdemocracia.
Si el dios cristiano es uno y trino, el dios mercado también: qué es si no la troika más que el dios justiciero contra el pueblo que según ellos cometió el pecado original de haber gastado demasiado, por eso nos imponen el chorro de agua fría, bautismo de los recortes, pérdida de derechos sociales, políticos y económicos que nos expulsan del paraíso del consumo.
Si el cristianismo forma a sus difusores en seminarios, las escuelas de negocios cubren esa función, forman sus diáconos, verdaderos torquemadas, servidores del mercado que son capaces de sacrificar millones de seres humanos en aras de sus beneficios y de ese vaticano inmaterial de Swaps, Collars, Edge Founds etc.
Si los altos jerarcas cristianos se reunen cíclicamente en concilios también lo hacen los nuevos sacerdotes en Davos, G 20 etc, con su propio boato y parafernalia.
Si el cristianismo tiene a Lucifer, el neoliberalismo tiene su angel caído Marx, se han preocupado que todo el mundo sepa quien es el demonio de la nueva religión y que por supuesto estaba equivocado, aunque casi nadie que lo afirme sepa en qué estaba equivocado.
Una religión que tiene 2000 años de antigüedad y repite lo mismo en cada misa dominical demuestra que los mantras son básicos para comulgar con axiomas indemostrables. de ahí la repetición hasta la saciedad de la necesidad de recortes como único camino hacia la salvación.
La hoja parroquial, tiene su equivalente en las páginas salmón de los diarios donde se publicitan los nuevos dogmas de fe
Si el cristianismo vende el vivir en un valle de lágrimas para alcanzar la vida eterna, el neoliberalismo, lo fía mas corto pero igual de inseguro: que el pueblo se sacrifique para alcanzar crecimiento en un futuro, claro que los sacrificos no van con los oficiantes de la nueva religión.
Si la lengua vehicular del cristianismo era el latín, el imperio en su momento , la del neoliberalismo es el inglés.
Si en el cristianismo existían valores como la paciencia de Job, ahora existe la resiliencia, versión laica de lo mismo, para aguantar toda cuanta injusticia cometida por los poderosos hacia uno.
Los economistas, que los hay, que no comulgan con la nueva religión, poseen el estatus de heréticos.
Esas vidas de santos, vidas ejemplares a imitar que se despojaban de todo lo terrenal, para vivir en santidad, tiene sus réplica en la revista Forbes, vidas ejemplares ,que vivien por y para el lujo y el poder, sin un atisbo de debilidad para con nada que no suponga el beneficio.
Si en el cristianismo los poderosos tenían un director espitual, en la religión de la plutocracia se impone el coachman, que más o menos asesora que imagen tiene que dar y como ocultar sus verdaderas intenciones.
Si existían bulas para los poderosos, qué son los paraísos fiscales más que el equivalente a las bulas, (obsérvese que se denominan paraísos),agujero negro donde se separaran los apóstoles de la religión del resto de los mortales.
Devotos y creyentes cristianos poderosos, sufragaban imágenes. En la Royal Mile de Edimburgo Bancos y grandes corporaciones, sufragaron la estatua a Adam Smith, entre los donantes, Milton Friedman y su esposa.
Mientras no se considere que el derecho a la vida , a la salud,y a la educación, están por encima al derecho a la propiedad, no acabaremos con el animismo, ni con los sumos sacerdotes generadores de miseria.
Patetico. Típica funcionaria española aborregada.
ResponderEliminarGracias majo, por el comentario. Un poco faltón ¿no crees?.Al ser anónimo, no te deja en muy buen lugar. Típica puede, funcionaria sí, aborregada pues va a ser que no..
ResponderEliminarEste tipo que se esconde detras del anonimato, ¿quien se cree que es?. Este tipo, si te lee y no comprende nada, mas bien es que no tiene capacidad de juicio propio.
ResponderEliminarHas hecho una excelente comparación entre religiones, con paralelismos "clavaos". Enhorabuena por tu exposición.
Hay que leer y aprender de la Historia.
Un saludo Angeles.
Al otro tipo, que aprenda a pensar y a decidir por sí mismo. Y que dé la cara, claro.
Gracias Jose Antonio, me alegro que te haya gustado. En cuanto al Anónimo no se por qué me da que el pobre debe de estar abducido por la secta neoliberal y lo peor que no será de los oficiantes, es decir de los que sacan tajada,que aún tendría disculpa, sino de los acólitos, o lo que es lo mismo de los que poseen la fe del carbonero sin sacar si quiera beneficio, que es para lo que se constituyó en religión. ¡Una pena¡
ResponderEliminarUn afectuoso saludo