Reproducción del post del 11 de noviembre del 2011 más vigente ahora si cabe:
Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres
son creados iguales; que son dotados por su creador de ciertos derechos
inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres
los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los
gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se vuelva
destructora de estos principios, el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla,
e instituir un nuevo gobierno que base sus cimientos en dichos principios, y que
organice sus poderes en forma tal que a ellos les parezca más probable que
genere su seguridad y felicidad.
La prudencia, claro está,
aconsejará que los gobiernos establecidos hace mucho tiempo no se cambien por
motivos leves y transitorios; y, de acuerdo con esto, toda la experiencia ha
demostrado que la humanidad está más dispuesta a sufrir, mientras los
males sean tolerables, que a hacerse justicia mediante la abolición de las
formas a las que está acostumbrada.
Pero cuando una larga
serie de abusos y usurpaciones, que persigue invariablemente el mismo objetivo,
evidencia el designio de someterlos bajo un despotismo absoluto, es el derecho
de ellos, es el deber de ellos, derrocar ese gobierno y proveer nuevas
salvaguardas para su futura seguridad.
El texto no pertenece al 15M, sino a la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos. 1776.
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