viernes, 27 de febrero de 2015
Preferentes: No fue la falta de cultura financiera
Cuando se comenzó a destapar la estafa de las preferentes, los economistas y expertos, sembradores de opiniones para que germinen, que lanzan consignas desde arriba, los mismos que nos decían que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, dijeron que a la gente la había perdido la codicia, que le habían ofrecido elevados tipos de interés, cosa que no era cierta en la gran mayoría de los casos. Siempre en la línea de culpabilizar a las víctimas y exculpar a los delincuentes.
Cuando se descubrió el pastel y quedó claro que centenares de miles de personas habían sido engañadas y estafadas, la mayoría de ellas pertenecientes a la tercera edad, se inventaron otra excusa de nuevo culpabilizando a los estafados: esto había ocurrido por falta de cultura financiera.
En el 4º Boletín trimestral del 2011 de la CNMV, en plena efervescencia del escándalo de las preferentes, Anna Ispierto e Isabel Oliver escribían “Un caso particular es el aumento de la venta de determinados productos a los inversores minoristas, que presentaban dificultades para comprender la información facilitada y evaluar los riesgos que estaban asumiendo”. Recordaban también que en el 2009, Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE señalaba que «el bajo nivel de educación financiera observada en la mayoría de los países ha sido, si no una causa directa de la crisis, por lo menos uno de los factores agravantes».
Fue la falta de escrúpulos y la codicia de las élites económicas las únicas responsables de la situación. Ahora lo sabemos, antes lo sospechábamos.
Pues bien, el juzgado de Primera Instancia número cuatro de Ponteverdra obliga a devolver 12.000 euros a una administrativa de NCG Banco (ahora ABANCA) que tenía atrapados en preferentes en Caja España- Duero desde mayo del 2009.
La sentencia recoge: "Que uno trabaje en una caja de ahorros o en un banco no le confiere, ni mucho menos, «la preparación y conocimientos financieros precisos para saber la naturaleza y esencia de productos de tan alta complejidad como son las participaciones preferentes". la cliente creyó que «estaba contratando un producto seguro, que no había riesgo de perder el capital y que tenía disponibilidad inmediata».
Si no basta la cultura financiera de una administrativa bancaria, para comprender las preferentes, qué cultura financiera se precisaría para ejercer de pequeño inversor. Por otra parte de nada vale la "cultura financiera" si existe ánimo de engañar, como se está viendo en multitud de sentencias.
Pdf del informe de la CNMV
http://www.cnmv.es/DocPortal/Publicaciones/Boletin/Boletin_4_2011.pdf
Mi experiencia profesional de 40 años en la red comercial de una entidad financiera me da pie para afirmar que, la cultura financiera media del ahorrador español es muy baja. Los conceptos que manejamos con soltura, no pasan del depósito a plazo puro (sin aditamentos de depósito estructurado), de la libreta a la vista o la cuenta corriente.
ResponderEliminarAunque llevo prejubilado/jubilado 15 años, sigo muy de cerca este fenómeno de incultura financiera y lucho contra ella impartiendo charlas sobre el tema en el Centro de Pensionistas de mi ciudad. En estos encuentros (el último el pasado miercoles 25) sigo insistiendo en la necesidad de comprar productos financieros que conozcamos perfectamente.
A estos encuentros les llamo "Finanzas de andar por casa". Incluso abrí un nuevo blog (que lo bauticé de esa manera) en que trato de divulgar conceptos financieros de forma sencilla, para que la gente los entienda. ( http://bit.ly/1M0Qim2 ).
Un abrazo.
Es verdad Armando, pero el problema en la mayoría de los casos fue el engaño.
ResponderEliminarLa gente confiaba en su banco, como confiamos en el mecánico y no necesitamos aprender mecánica para que no nos engañe. Ni estudiar medicina para fiarnos del médico ,aunque como se privatice la SS puede que sea necesario
Vistaré tu otro blog. Un abrazo.