"Redistribuir la riqueza es lo que hacen las compañías farmacéuticas, la compañía estudia lo que le cuesta el enfermo y cuanto puede pagar cada país" afirmó Mercedes García, ex vicepresidenta en Europa de Gilead, la farmacéutica que comercializa el Sovaldi, el medicamento para la hepatitis C. ¡Este hecho lo califica de reparto solidario y ;justifica el elevado coste del medicamento, unos 70.000 euros. Dice que España puede pagar este precio, teniendo en cuenta su renta per cápita, el número de infectados y el coste para la Sanidad pública.
Al poco tiempo la ex directiva pidió perdón y reconoció que no se prioriza el beneficio de la sociedad, sino lo puramente económico:"El tema economicista y presupuestario, no se mira si la sociedad se va a beneficiar" Gilead publicó en su página web que las ventas de la industria ascendieron a más de 21.300 millones de euros en 2014 un 127% más que el año anterior. Tres millones de euros de beneficios ganaron gracias al Sovaldi solo en el último trimestre de 2014. Desde Farmacéuticos sin Fronteras declaran que "son cifras prácticamente inasumibles"
Se calcula una población infectada por el VHC en España que puede llegar a las 900.000 personas, el 2% de la población, de los cuales alrededor de 650.000 desarrollarán en algún momento una hepatitis crónica, se hace evidente que la política de precios de GILEAD, unida al sistema internacional de patentes, impide abordar la erradicación de la hepatitis C en la población afectada, si no es a costa de un enorme atraco a los fondos públicos a favor de GILEAD y otras multinacionales del sector. A nivel mundial, con alrededor de 150 millones de personas infectadas por VHC, con los precios marcados por GILEAD, tratar a toda la población afectada por hepatitis C necesitaría de cerca de 9 billones de €, o lo que es lo mismo del PIB conjunto de Alemania, Francia, España, Reino Unido e Italia.
La organización Initiative for Medicines, Access & Knowledge (I-MAK), con sede en Nueva York y que agrupa a abogados y científicos, impugnó en noviembre de 2013, ante el gobierno de la India, la validez de la patente, alegando “Old science, existing compound” es decir, cuestionando el carácter innovador de la patente frente a patentes anteriores, aduciendo que sofosbuvir es similar en peso molecular, complejidad y estructura a antiretrovirales ya utilizados en el tratamiento del VIH. Médicos Sin Fronteras ha apoyado la impugnación de la patente por I-MAK, defendiendo que un tratamiento de 12 semanas no debe tener un coste superior a 500 $ si no se quiere excluir del tratamiento al 90% de la población afectada a nivel mundial.
A pesar de que intentan justificar el alto precio para continuar con la labor de investigación. Gilead compró la patente, actuó en este caso de intermediario.
Gilead se fundó en junio 1987, pero en doce años, apenas desarrolló algún fármaco. No fue hasta 1999, cuando este laboratorio logró que la FDA (la Agencia del Medicamento de EEUU) aprobase el ‘Tamiflú’.
Desde su creación, esta compañía se ha dedicado a comprar patentes. Hasta la fecha se ha hecho con al menos once, en ocasiones a través de la compra de los laboratorios que invirtieron y desarrollaron esas patentes. Eso es lo que hizo, en concreto con el Sovaldi. En 2011, Gilead Sciences compró Pharmasset por 11.200 millones de dólares. Su precio multiplica por 100 su coste real, es decir, la llamada ‘pastilla de los mil dólares’ no cuesta ni 10 dólares fabricarla.
El principal accionista de Gilead es Capital Research Global Investors, que tiene acciones por un valor de 13.016.267.851 de dólares. Esta empresa pertenece a Capital Group que es uno de los mayores fondos de inversión del mundo, dedicada a “servir a los inversores individuales, intermediarios financieros e instituciones de todo el mundo a través de una amplia gama de productos”, según se define la propia compañía. Pero también están FMR LLC, Vanguard Group, Inc., State Street Corporation, Invesco Ltd., Capital World Investors, Bank of New York Mellon Corporation o JP Morgan Chase & Company, entre otros.
Todas estas empresas se definen como los fondos de gestión de activos y de pensiones más potentes del mundo, y entre ellas, también hay algún banco. Estos grupos controlan el accionariado de las principales multinacionales globales y manejan los principales fondos de inversión, fondos de pensiones, etc. lo que les permite controlar la economía mundial y disponer de un poder de decisión que puede hacer sombra al de muchos gobiernos.
Capital Group tiene participaciones en las principales empresas mundiales, entre ellas: Amazon, Amcor, Telekom, Bayern, Deutsche Bank, SAP, Siemens, Volkswagen, KPN Telecom, Bankia, Royal Dutch Shell, Ryanair. En España es accionista de Bankia, BBVA y Santander, dónde llego a ser el primer accionista. También tiene participaciones en Inditex y Griffols. Y ha adquirido recientemente el 5.5% de Endesa. Por todo ello, GILEAD queda en manos de los gestores de los principales fondos de inversión cuyos intereses confluyen con los de los directivos de GILEAD y sus principales investigadores, en una dinámica que prima la especulación sobre la investigación y la salud pública.
Esto sólo es posible por la política de patentes que se aplica a nivel mundial, una política que ni siquiera cumple con los supuestos objetivos que justificarían las patentes, promover la investigación y la innovación. La innovación no necesita de patentes. Por contra, es evidente que beneficia el monopolio de las grandes empresas que en connivencia con los grandes grupos de inversión global son capaces de aprovechar el acervo científico común y la investigación básica, producida en buena medida en instituciones y universidades pública, para convertirse en rentistas a costa, en el caso de la farmacia, de la enfermedad y la muerte de millones de personas.
La Plataforma de Afectados por la Hepatitis C en Córdoba ha publicado el documento ‘Gilead: La bolsa o la vida’, donde explican que esta multinacional “está detrás de una nueva burbuja especulativa. Son buitres, su interés en la salud pública es nula. Solo les preocupa recuperar su inversión”, explica el autor de este informe, Pablo Martínez. Según este documento, las expectativas de ventas de los nuevos tratamientos contra la hepatitis C a altos precios ha generado una importante revalorización de acciones. "La revalorización de Gilead en bolsa ha sido de un 185%, y los analistas bursátiles, esperan un incremento de los beneficios superiores al 457%”.
Por la cúpula de Gilead han pasado personalidades con un potente vínculo políticos. Entre 1996 y 2006, en el Consejo de Administración estuvo George P. Shultz, quien fuera Secretario de Estado de la administración Reagan entre 1982 y 1989. Por la presidencia y el Consejo de Administración también ha pasado Donald Rumsfeld, fue en 1997, después se convirtió en Secretario de Estado de la Administración Bush.
El Congreso estadounidense ha abierto una investigación por los precios que ha impuesto esta farmacéutica. Lo ha hecho a través del Comité de Finanzas del gobierno estadounidense, a raíz de una iniciativa que abanderaron los senadores Ron Waiden y Chuck Grassley con la que pidieron al máximo responsable de este laboratorio que demostrase cómo se justifica ese precio, "no está claro cómo Gilead fijó ese precio de 84.000 dólares en el caso de EEUU", por eso le requiere más información porque "el criterio para fijar esos precios ha planteado serias dudas sobre en qué medida el mercado puede asumir un gasto eficiente y racional".
Otros estados como Philadelphia han demandado a este laboratorio estadounidense “por manipular los precios y violar las leyes antimonopolio”
Con el TAMIFLU, el antiviral contra la gripe A y B, consiguió enormes ingresos.
El medicamento fue desarrollado por GILEAD y vendido a ROCHE en 1996, llegando a una acuerdo conjunto en noviembre de 2005 para su comercialización, en el que GILEAD recibía un porcentaje de las ventas.
Las ventas de TAMIFLU habían sido pequeñas hasta que la crisis generada por la alarma por gripe aviar a partir de 2005 disparó las ventas. La administración Bush jugó un importante papel en la generación de esta alarma con las compras masivas de TAMIFLU para el ejército de EEUU. Donald Rumsfeld, Secretario de Estado de los EEUU, además de ex-directivo y accionista de GILEAD jugó un papel decisivo en el proceso. Al gobierno de EEUU le siguieron distintos gobiernos en las compras masivas del medicamento (Reino Unido, Australia,...), provocando el aumento de precio del producto y con ello el de las acciones de GILEAD. Distintos estudios pondrían de manifiesto la inefectividad del TAMIFLU contra la gripe aviar, además de revelar mayores efectos secundarios de los anunciados.
La crisis de la hepatitis C ha servido para confirmar el enorme poder de la industria farmacéutica en España y de cómo el Ministerio de Sanidad se esta plegando a sus intereses posponiendo a ellos el derecho a la salud.
Prueba de ello es el nombramiento por parte del Ministerio de Sanidad de Joan Rodés, uno de los médico españoles más fuertemente relacionados con las multinacionales farmacéuticas y con Farmaindustria y uno de los impulsores de la privatización del otrora admirado Hospital Clinic, actualmente conocido por sus recortes de actividad y sus derivaciones a la sanidad privada (CVC-Capio).
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http://www.angelesgarciaportela.com/2015/01/gtzsche-medicamentos-que-matan-y-crimen.html
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