viernes, 15 de abril de 2016

Sólo los "pata negra" salen indemnes


Un informe descubre qué es lo decisivo para que te vaya bien en la vida. Y es un aspecto que conforma nuestra sociedad con mucha frecuencia, más de la que resulta conveniente
                                                                                                                                                              Estéban Hernández

Un informe del Instituto de Estudios Fiscales británico ha concluido que los hijos de padres ricos ganan un promedio de un 10% más, a la edad de 30 años, que los de padres de menos recursos, aunque hayan cursado estudios en la misma universidad y hayan alcanzado las mismas calificaciones. 

Según Les Ebdon, director de Fair Access to Higher Education, la explicación de esta divergencia reside en que los hijos de las familias más pobres pueden tener talento, pero carecen del acceso a las redes formales e informales que permiten conseguir los puestos en los que pagan más ingresos. El informe, realizado por la Fundación Nuffield, y en el que han participado investigadores de las universidades de Harvard y Cambridge, examinó las experiencias profesionales de 260.000 licenciados.

En un sistema laboral que requiere de un elevado grado de formación y que insiste en que los más preparados son los que tienen y tendrán el mejor futuro, lo decisivo terminan siendo las redes formales e informales que brindan el acceso. Ese es un error en el que incurren muchos padres de clase media alta, que han hecho carrera o fortuna, y que piensan que sus hijos podrán seguir el mismo camino a través del capital formativo que pueden aportar. Pero si se ocupa un cargo, se posee un buen puesto o se tiene dinero pero se carece de esas conexiones, las posibilidades de reproducir el estatus para generaciones futuras serán bastante escasas.

Lo de las redes es una lección que Mario Conde aprendió en su época, pero que no ha terminado de asimilar del todo. Días atrás publicaba una reflexión en su cuenta de Facebook, al hilo de los Papeles de Panamá, bastante acertada por otra parte, en la que señalaba algunos puntos clave del asunto. Afirmaba lo siguiente: “Pregunta: ¿es legal establecer un sistema impositivo mas reducido por parte de un Estado soberano? Pues claro. Bien, pues es normal que los que ganan dinero quieran pagar menos, moral pública aparte. Ya expliqué, dice Mario Conde, que esta utilización de los llamados paraísos fiscales internacionales está al alcance de unos pocos, aquellos que tienen a) rentas suficientemente elevadas y b) capacidad operativa para moverse en ese entorno internacional.
Pues bien, la utilización del paraíso fiscal, sea Panamá o cualquier otro, no es sino la aplicación propia del modelo capitalista por parte de unos individuos con capacidad para aprovecharse de sus recovecos institucionales y con dinero y capacidad operativa suficiente. 
Nada de crisis de capitalismo, sino capitalismo en su versión pura y dura. Lo que dichos papeles evidencian es simplemente una consecuencia de la aplicación del modelo capitalista sin un control por parte de un Estado eficiente. ¿Quiere esto decir que se trata de derivadas inevitables provocadas por modelo capitalista abandonado a su propia dinámica? Pues más o menos es mi idea”

Ya lo dijo Marx

Si Mario Conde era tan consciente de la situación ¿qué le ha fallado? Pues lo mismo que a los padres de clase media alta que tienen esperanzas en que a sus hijos les irá como a ellos. O por recurrir a la Historia, lo mismo en lo que erró Thomas Peel, un empresario inglés que intentó formar un nuevo imperio fabril en Australia.

Como cuenta Marx en 'El capital', Mr. Peel trasladó a Swan River, al oeste de Australia, máquinas, víveres y materias primas por valor de 50, 000 libras. También se llevó consigo unos 300 obreros. Pero el infortunado señor Peel exportó todo “excepto el modo inglés de producción”. En el instante en que los obreros llegaron al nuevo destino y vieron la gran cantidad de tierras vírgenes que allí existían, abandonaron a su empleador, crearon granjas e incluso algunos le hicieron la competencia. Peel había desplazado todo lo preciso, excepto aquello que hacía que los obreros tuvieran necesidad de un trabajo. ( Con conexiones Mr Peel tendría que haber conseguido una ley para imposibilitar a los trabajadores cultivar tierras o montar sus propio negocio)

Con lo de los paraísos fiscales ocurre igual. Como dice Conde, se requieren rentas suficientemente elevadas y capacidad operativa para moverse en el entorno internacional como requisito indispensable, pero además debe complementarse con la estructura que permite que eso se lleve a cabo con escaso riesgo. 

Por eso los nobles destinaban uno de sus hijos al ejército y otro a la iglesia en el siglo XIX o los mafiosos del siglo XX querían que sus descendientes ocupasen cargos políticos. No bastaba con el dinero, ni con el poder informal, sino que era imprescindible el contacto con una red de relaciones emanada del poder público que hacía posible que esas operaciones tuvieran lugar sin consecuencias. 

En todos los países con un elevado nivel de corrupción, la connivencia entre los defraudadores y los cargos políticos es altísima. En España, donde existe un alto grado de conciencia social, llama la atención la diferencia entre el gran número de investigaciones que se producen y el escaso número de condenados finales.

El problema de Mario Conde no es sólo que esté blanqueando dinero, sino que su posición, alejada de la red de relaciones precisa, como perdedor de ese juego que es (y por eso mucho más consciente), es lo que hace que el único investigado y detenido por blanqueo de capitales en los días que se han hecho públicos los papeles de Panamá sea Mario Conde.

http://blogs.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/tribuna/2016-04-14/un-estudio-britanico-y-la-detencion-de-conde-revelan-una-verdad-turbia-de-nuestro-sistema_1183283/


En la biografía de Baltasar Garzón  de Pilar Urbano, se cuenta que su mujer, Rosario Molina le advierte: "Ten cuidado Baltasar que tu no eres "pata negra"
                                            

2 comentarios:

  1. Normalmente el relato debe coincidir lo más posible con la realidad, en lo relacionado con Conde siempre lo dudo

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  2. Yo también, en la lucha en su momento contra Abelló, perdió, él en su día cuando no existía el concepto de lo políticamente correcto, se reconocía como "negro", Abelló era blanco. Estoy segura que si merece la cárcel, no es más merecedor de ella que Blesa o Rato.
    Un saludo.

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