Australia, no es una excepción ha caído en las garras del neoliberalismo y para que una ideología que perjudica tanto a la mayoría, siga vigente, máxime cuando todavía se guardan las formas y "aparentemente" se elige a los gobernantes, se necesitan personajes que sigan defendiendo y alabando al 1%, dividiendo al 99% y culpabilizando a las víctimas.
La última boutade corrió a cargo de Bernard Salt, en su página web se define como futurólogo, autor y columnista de los periódicos The Australian y Herald Sun. En la actualidad es Presidente del Tourism Forecast Comitee de la "Marca Australia". También es socio de KPMG. Salt, no se, si es futurólogo, lo que está claro es que quiere influir en el futuro.
Bernard Salt
Salt en un artículo en The Australian, periódico fundado por el honorable Rupert Murdoch, pretendió
explicar por qué los jóvenes "millenials" no consiguen tener una vivienda propia, lo justificaba diciendo que que había visto en las cafeterías a jóvenes gastarse 22 dólares australianos (17 dólares o 15,4 euros) en un desayuno con tostadas con aguacate y queso feta, cuando esos 22 dólares podrían ahorrarlos para dar una entrada para su vivienda
Salt en su afán por defender el sistema, culpabiliza a los milenials de no poder acceder a una vivienda porque se gastan 22 dólares en desayunos.
No puedo pagar este tipo de almuerzos porque soy un hombre de edad media y mantengo a mi familia», dijo Salt, representante de la generación de los «Baby Boomers», nacidos después de la Segunda Guerra Mundial, y que en su juventud lograron comprar enormes casas con jardín en Australia. Hace 4 décadas el precio de una casa era de 20.000 dólares australianos (21.354 solares USA) desde entonces los precios han aumentado más de 30 veces, mientras que los ingresos solo se han multiplicado por diez.
El contraataque no se hizo esperar. La abogada y comentarista australiana Brigid Delaney argumentó en su columna en The Guardian que la situación económica actual hace casi imposible que un joven pueda adquirir una propiedad: Los precios de las casas en Sydney se han catapultado mucho más allá de lo que han aumentado los precios del aguacate, el queso feta (que también va en el pan tostado) y el pan. El precio promedio de una residencia es de un millón de dólares australianos (770.000 dólares estadounidenses). Tendrías que ahorrar 200.000 dólares australianos (equivalente a unas 10.000 panes tostados con aguacate) para dar una entrada del 20% de un lugar no muy grande, ni muy bonito. Por esta razón, el brunch se ha vuelto el opio de las masas. No tomamos brunch en lugar de comprar casas, lo hacemos porque no nos alcanza para comprar una.
En tuiter se produjeron innumerables respuestas de gente anónima, mucho más sensata que Salt, importante "opinador"esa clase de colaboradores, nunca mejor dicho, que apuntalan y justifican las injusticias, aparentando defender una sociedad justa.
Algunos tuits:
"Bernard tiene razón. Si los jovenes quieren una propiedad deben dejar de comer aguacate machacado y comerse a los ricos".
"Incluso si dejara de tomar café y jamás ordenara un pan tostado con aguacate, me tomaría 30 años ahorrar para una entrada de 80.000 dólares".
"Acabo de escuchar que hay gente que es dueña de una casa Y come aguacate machacado".
"El pan tostado con aguacate es mucho mejor que ser propietario de un inmueble de todas formas". "Esta mañana me salté el desayuno de pan tostado con aguacate. Estoy emocionado de que podré comprar una casa la próxima semana".
"Dejé de comer aguacate machacado y ahora soy dueña de un castillo"
Para que luego digan que en tuiter se dicen muchas tonterías.
¿que es neoliberalismo y porque es tan malo?
ResponderEliminarUn enlace http://www.avizora.com/atajo/que_es/consenso_washington/0001_consenso_washington.htm
ResponderEliminarSaludos y gracias por la visita