martes, 4 de octubre de 2016

Cristina Fallaras, A la puta calle

      

Conferencia de la periodista  Cristina Fallarás  basada en su novela "A la puta calle" en la que cuenta su historia personal, a Fallarás, profesional, con hijos, el paro la lleva a un empobrecimiento tal que desemboca en el desahucio, así pasó de ser subdirectora de un medio de tirada nacional a quedarse en la calle. 

Más que conferencia es un monólogo en el que va desgranando su historia que es la de decenas de miles de personas a las que la crisis-estafa se ha llevado por delante, a algunas incluso físicamente por desgracia.

Los que no han caído no tienen ni idea lo que significa descender peldaños en la escala social, siempre parece que eso les ocurre a los demás y en cierta medida que ellos han sido los culpables  de su propia desgracia.

En su intervención dice cosas como éstas

-Un proceso de desahucio es algo larguísimo, antes de echarte a la calle te han cortado la luz, has ido a pedir a Cáritas y a Cruz Roja, has robado, los amigos ya no te hablan, cuando te echan ya eres otra persona, no tienes nada que ver con la persona que eras anteriormente

-La gente no sabe lo que es un desahucio porque no sabe lo que es un pobre

-La imagen del desahuciado es alguien en un cajero, con el que uno no se identifica, de repente esa construcción del desahuciado era falsa

-La miseria no la puedes prever

-El sesenta y tantos por ciento de periodistas de este país ya no trabaja, así que el paro no se puede considerar un fracaso personal

-Algo se quiebra cuando se es consciente de que una "no se gana la vida". "6 millones y medio de personas no se ganan la vida", el mes no se empieza, no se acaba y todo se convierte en un continuo precario para ver a quien le pides lo siguiente para sobrevivir

-Una parte de la población se ha desplomado, esta gente que se ha caído no es que tenga menos es que no tienen nada y cuando no tienes nada pasas a ser un excluído. Sin techo y trabajo se produce una devastación profesional, familiar y de la identidad


Esta entrada está muy relacionada con la anterior. El miedo de los periodistas a perder el trabajo hace que, los que permanecen en los medios tradicionales sean, no los mejores, sino simplemente dóciles, adaptándose como ectoplasmas y sirviendo a los intereses de quienes les pagan.



2 comentarios:

  1. Es demoledor. A tener poco te acostumbras y más cuando nunca has tenido demasiado, pero a no tener nada cuando lo has tenido todo, tiene que ser durísimo.

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  2. Si es verdad Javi, aunque dentro de la gran desgracia hay una pequeña ventaja, no todos los que te rodean están en la misma situación angustiosa, y alguna ayuda puedes recibir.
    un abrazo.

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