La banca sigue haciendo de las suyas, ahora de un modo selectivo.
En la anterior crisis la estafa de la banca fue masiva y perfectamente diseñada según perfiles y edades, lo demuestra el dinero que ha tenido que devolver vía judicial, a unos, los mayores lo estafado en sus ahorros con preferentes, a los jóvenes lo estafado con Swaps, suelo de hipotecas e hipotecas referenciadas al IRPH.
Yo creo que es la primera vez en la Historia, en que hay una estafa pero sin culpables y es que cuando de la banca se trata, todas son excepciones, hasta el inapelable Tribunal Supremo se desdijo en favor de la banca. Cuando un empleado se queda con el dinero de un cliente, le cae todo el peso de la ley, pero si trabaja para que se lo quede el banco, no hay culpables.
Como ha salido impune, la banca continúa con sus malas praxis, eufemismo por estafa, aunque ahora no las perpetra de un modo tan masivo.
Los mayores son una presa muy preciada, porque culturalmente para ellos, la palabra es sagrada y confían sobre todo en gente que aparentemente posee una supuesta ética profesional y aspecto respetable, así que acaban fiándose de quienes les asesoran, lo que acaba produciéndoles un quebranto en su patrimonio. Existía una sucursal bancaria en cada esquina y en cada pueblo, una vez descapitalizaron a todos los mayores, tomaron el dinero y corrieron, cerraron todas las sucursales, ahora en los pueblos no existen ni cajeros, y los tiene que subvencionar la Xunta de Galicia . Luego la opinión pública está en contra de "la cultura de a subvención", solo de algunas subvenciones, por ejemplo a la cultura. porque otras subvenciones o no importa o la gente no se entera.
Estudian el modo de engañar al ingenuo cliente. Para perpetrar el atraco de los swaps (lo vendían como un supuesto seguro a las hipotecas), buscaban víctimas con preparación y elevado nivel cultural, para que a la hora de ir a un juicio, el juez no creyese que un médico, notario etc, habían sido engañados.
Para la estafa a los mayores no importaba que fuesen incluso analfabeltos, la coartada era la de su propia codicia, arriesgándose por los intereses que les habían prometido. Al final, quedó clara la estafa en ambos casos, una multitud recuperó su dinero, pero incluso en eso, la banca jugaba con ventaja, para recuperar el dinero había que acudir a la vía judicial, no se devolvía automáticamente, así que hubo casos en los que gente que perdió todo, no tenía dinero para poder sufragar un pleito.
El engaño, aunque ahora no tan masivo, continúa. Siguen llamando allí a donde ven que hay unos ahorrillos que suelen pertenecer a gente mayor, gente que confía en lo que le dicen y prometen y al final le cambian el guión y pierden el dinero. Yo también estoy en el foco de los "estafables", así que cíclicamente me llaman por teléfono, será a ver si me pillan en un momento tonto, no les dejo ni explicar con que me quieren timar, ya que siempre les digo que no me creo que se preocupen tanto por mí, que las últimas veces que me llamaron y no les acepté su propuesta me libré de la estafa de los swaps, pero ellos siguen intentándolo.
Hace un par de días apareció una carta en La Voz de Galicia, en la sección "Cartas al Director", sobre el engaño que padeció un jubilado, ofreciéndole una empleada un producto bancario de "menor riesgo" y que cuando existiese la posibilidad de pérdidas, lo llamaría, pasa el tiempo y se encuentra con que lleva perdidos 4.000 euros y no le han avisado, cuando se pone en contacto con el banco, le dicen que la empleada ya no trabaja allí. El atraco perfecto. La empleada debería de haberle avisado que dejaba la entidad o dejárselo dicho al banco. Artimañas y estratagemas. Antes un empleado estaba en la misma oficina toda la vida y se fraguaba con él una amistad, ahora los cambian asiduamente. Sospechoso.
Simplemente recordar: "ni el banquero, ni los bancos son tus amigos"
Aquí la víctima narra su experiencia
Sorprendido con el banco
Soy jubilado y hace un año me llaman de una entidad financiera con presencia en Chantada, para suscribir un fondo del menor riesgo. Me transmite la empleada que me despreocupe de todo; que ellos se encargan de controlarlo y si algo va mal me lo comunican. Incluso opera con mi móvil y descarga una aplicación que le pedí que eliminara.
Ciertamente, pasado un mes vuelve a llamar indicando que hay un producto que «no va bien», pese a sufrir una mínima variación; paso por la oficina y lo cambia. Su aptitud ratifica ejercer un seguimiento del producto y de avisar.
No obstante, transcurridos varios meses detecto unas pérdidas de cuatro mil euros sin que se produjese contacto alguno. Alarmado, no asumía que fuese cierto, porque se comprometieran a avisarme de cualquier incidencia.
En la entidad me indican que ya no trabaja allí la empleada y que en algún momento el mercado cambiaría. Pongo de manifiesto lo que se me transmitió al adquirir el fondo, incidiendo que me no me comunicaron la existencia de una pérdida tan grande como habían hecho al mes de contratar por una cantidad insignificante; pero se lavan las manos… Obviamente, incumplen lo prometido. Existe descuido y negligencia.
No sé si realmente se está engatusando y engañando solo a los mayores o a alguien más, pero si no saben hacer otra cosa con lo poco que se ahorra después de toda una vida trabajando más que conducirnos a pérdidas, deberían ponerse las pilas o cambiar de profesión. Es lícito pensar que, además, se vulnera normativa.
Aprovechando que nos conocen de siempre, nos utilizan para sus fines incumpliendo olímpicamente sus compromisos. Ellos fueron los que me llamaron para adquirir el fondo, no fui yo; y ellos se comprometieron a avisarme voluntariamente si algo iba mal. Lo hicieron sin yo exigirlo. ¿Adónde vamos así?
Antonio Rivas Folgueira.
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