El otro Pais (la sociedad civil): Los agotes, el apartheid católico.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Los agotes, el apartheid católico.

Texto y puerta de los cagots en la Iglesia Notre Dame de la Asomption en la Bastide-Clarence

Cuando se habla del catolicismo, se habla de una religión integradora, no discriminadora, igualitaria, todos hijos de un mismo padre, por tanto hermanos, en contraposición con la religión hindú que es excluyente o incluso el calvinismo.

Así que cuando se visita la Iglesia de Notre Dame de L´ Assomption de La Bastide-Clarence en Las Landas en Francia se descubre que lo de no discriminatoria será cierto, pero menos. En la Iglesia existe una puerta por donde tenía que entrar un grupo social: los Cagots, a los que les estaba prohibido acceder a la iglesia por donde lo hacían los demás y no es la única iglesia que tiene una puerta de acceso diferente para estos marginados, hecho frecuente en la zona del Bearn y que se produce a ambos lados de los Pirineos.

Otro ejemplo es la Iglesia de Saint André en Sauveterre de Bèarn y hay muchas más en algunos casos las puertas se conservan, en otros han sido tapiadas. No solo entraban por puerta diferenciada, sino que en las iglesias existía una raya o una verja que no podían traspasar, además de tener una pila bautismal diferente y se les daba la comunión con unas pinzas para no tocarles las manos.

La Iglesia dispensaba de "las llamas del infierno" a las almas de los cagots a cambio de importantes sumas de dinero .

¿Quiénes eran los Cagots?

Realmente no se sabe muy bien. Se conoce su existencia a partir de La Edad Media, es un grupo social, no constituían ni un grupo étnico, ni religioso diferenciado, su lengua y fe eran las de la población de la zona en que se hallaban, su condición era simplemente fruto de su marginación social, fueron apartados de la vida pública y confinados en guetos, se les obligaba a vestir determinados ropajes y a llevar un signo rojo similar a una huella de pato o de oca, es decir de una pata palmeada en la espalda y se enterraban en un sitio apartado del cementerio.

En muchos lugares estaban obligados a tocar una campanilla para que los no Cagots, se pudiesen apartar ya que se consideraba que podían contagiar la lepra, tenían prohibido tocar la fruta, porque existía la creencia de que si la tocaban, se pudría. No los dejaban tener tierras, ni ganado, ni beber de las fuentes. Tenían dotes para la música y al no poder tener tierras ni ganado, eran artesanos, sobre todo trabajaban la madera debido a la creencia popular de que la madera no transmitía enfermedades.

Hay multitud de teorías en cuanto a su procedencia, los cagots, agotes en la zona navarra, algunos sostienen que el término deriva de godos (cas gots, perros godos, en occitano bearnés), quizá un grupo desertor que se asentó y no fue bien recibido, otros sostienen su origen Cátaro, pero su existencia es previa a la herejía y a la cruzada Albigense, se les considera a veces también de origen sarraceno. Su procedencia es incierta. Se les atribuía orígenes perversos para justificar la marginación.

El barrio de Madrid el Nuevo Batzan se creo a comienzos del siglo XVIII y se pobló con agotes. Un amigo del rey Carlos II, Juan de Goyeneche, nacido en al navarro Valle de Baztán, donde abundaban los cagots, (especialmente en el barrio de Bozate, en el pueblo de Arizcun), propone llevarlos a Madrid a un nuevo barrio para trabajar. A causa de este apoyo recibe permisos para construir factorías de cristal, paños, sombreros y papel en diversos lugares del territorio español.

Contrata al arquitecto español José de Churriguera para que edifique un poblado de medio millar de habitantes. Sirviendo posteriormente de modelo a Pablo de Olavide (igualmente de origen navarro) en las denominadas Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena.

Se trataba de desarrollar la industria facilitando la mano de obra. El viejo poblado permaneció abandonado durante siglos.

Los agotes o cagots, lucharon históricamente por su integración, en 1514 solicitaron al Papa León X una bula que les evitase las tremendas discriminaciones en las prácticas del culto. El Papa la concedió pero apenas surtió efecto. En Francia la marginación disminuyó con la Revolución Francesa y en España fue en 1819 cuando se promulgaron leyes en contra de la discriminación. A partir de 1817 las cortes navarras decretaron la prohibición del uso de la palabra "agote", pero el desprecio y la discriminación continuó.